Un ETF o Fondo de inversión cotizado (Exchange-traded Fund) es un tipo de fondo de inversión o instrumento financiero que se negocia en bolsas de valores, tal como si fuese una acción. Por lo que se puede comprar o vender en cualquier momento del día, a diferencia de los fondos mutuos que se actualizan sólo cuando el mercado cerró.
La mayoría de los ETFs están diseñados para rastraer el rendimiento de un índice, sector productivo, un producto o una clase de activo (bonos, por ejemplo). Por lo tanto, su objetivo es replicar los rendimientos de inversión del índice o el activo al que siguen, generalmente a través de una cartera diversificada de valores que reflejan la composición del índice que siguen.
Los ETF les permiten a los inversores estar expuestos a una gama amplia de mercados, activos y sectores, tales como acciones, materias primas, bonos, tecnología o una combinación de todos. Tienen la ventaja de tener una alta liquidez, poder ser negociados durante el día (negociabilidad intradía), diversificación y proporcionan transparencia.
En general, al invertir en ETF estarás invirtiendo de forma diversificada en carteras expuestas a diferentes áreas del mercado y a una variedad de estrategias de inversión.
Los fondos de inversión cotizados se negocian en bolsa, esto abre la posibilidad de que los inversionistas puedan comprar-vender los instrumentos de inversión que quieran mientras el mercado se encuentre abierto.
A su vez, al estar cotizados en bolsa, su precio se actualiza durante todo el periodo de funcionamiento del mercado, por lo que podrías realizar transacciones con el precio vigente. Esto proporciona, no sólo liquidez, sino que también transparencia para tomar decisiones más informadas.
Invertir de forma diversificada es importante y los ETFs son una forma de hacerlo. Estos fondos de inversión abarcan una amplia gama de instrumentos y sectores del mercado. Lo que ayudaría a mitigar el impacto negativo por la caída de un sólo sector de la industria o de un tipo de activo.
Por ejemplo, si inviertes en S&P 500 o en NASDAQ 100, estás distribuyendo tu capital en todas las compañías que se encuentran asociadas a esos índices, por ende, invertirás en una gran variedad de instrumentos, sectores y mercados. Además, si eliges más de un ETF tu capital estará aún más distribuido, por ejemplo, en Bonos del Tesoro de Estados Unidos.
Existen ETFs que se encuentran asociados a activos, materias primas, sectores productivos específicos o incluso regiones del mundo. Cuando inviertes en variados ETFs obtienes portafolios de inversión más diversificados, lo que podría reducir el riesgo ante la caída de un sector o activo específico del mercado.
Si quisieras invertir en compañías específicas, como Apple o Meta, tendrías que comprar acciones en estas compañías, ¿no es así? Sin embargo, como los ETFs están diseñados para seguir y replicar el rendimiento de un índice, como el S&P 500, tendrás la posibilidad de obtener resultados muy similares sin necesidad de comprar acciones individuales de todas las empresas que componen estos índices.
Por lo tanto, sólo bastaría con elegir los ETFs que contienen las empresas que te interesan y podrás, además, invertir tu capital en una gama más amplia de compañías.
Puedes mirar el rendimiento de tus ETFs mientras el mercado esté abierto, pero además también podrás ver cómo cambia su composición (semanal o mensualmente). Por lo que quienes invierten en ETFs estarán siempre informados en qué y cómo está distribuido su dinero, lo que te permitirá tomar decisiones mucho más informadas y entender con datos en qué estás invirtiendo.
En Holdo puedes observar en tiempo real cómo se mueven tus inversiones durante el día, mientras el mercado esté abierto, al ingresar en tu portafolio.
Generalmente, tienen costos más bajos que los fondos mutuos más tradicionales. Esto se debe, principalmente, a que su estructura operacional de costo suele ser más sencilla, al estar vinculado a un tipo de gestión pasiva. Por lo tanto, existen menos costos asociados a investigación del mercado y a transacciones.
Una inversión con gestión pasiva está enfocada en ganancias a largo plazo, invirtiendo en instrumentos indexados al mercado. A diferencia de la gestión activa, la inversión pasiva no pretende ganarle al mercado, sino seguirle.
Advertencia: La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en holdolens, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.