Por definición, la moral es un conjunto de costumbres y normas que como comunidad hemos catalogado como buenas prácticas o dotamos de características positivas. A partir de la moralidad, podemos juzgar el comportamiento de las personas, para determinar si han hecho lo correcto o, por el contrario, lo incorrecto.
En economía existe un riesgo asociado a esta concepción, al menos inicialmente: el riesgo moral, el que ha estado en boga después de los rescates bancarios masivos de Silicon Valley Bank y Signature Bank.
Se define como riesgo moral (o Moral Hazard, en inglés) a una situación financiera en la que un agente económico siente que puede aumentar su exposición al riesgo, dado que existe otra entidad que podría cubrir con los costos que esto implica.
Este riesgo ocurre cuando existe una asimetría de información entre las partes que llegan a un acuerdo. Dado que una de las partes tiene más noción de sus intenciones que la entidad con la que hace un acuerdo, y que será quien pague las consecuencias de los riesgos que tomará.
Un ejemplo es la relación entre una aseguradora y un asegurado, la empresa que contrata un seguro podría sentirse con mayor libertad de cometer actos riesgosos, porque no será ella quien deba enfrentarse a las consecuencias de sus actos; sino más bien la aseguradora. Esta información no se conversa durante la negociación del seguro, ya que podría ser más caro o no se obtendría la póliza.
El riesgo moral nació en la industria de los seguros, debido a que las partes que generalmente firman un contrato en este contexto tienen información diferente sobre el verdadero nivel de riesgo al que se pueden enfrentar.
Inicialmente, este concepto tenía connotaciones negativas, a finales del siglo XIX fue utilizado por las compañías de seguros inglesas para referirse a un fraude o comportamiento inmoral por parte de quien recibe el seguro.
No fue hasta la década de los 60 que Ken Arrow modificaron el sentido de riesgo moral y lo relacionaron con una forma de describir cuando no se puede evaluar por completo el verdadero riesgo de una situación, en lugar de atacar a la ética de las personas.
Por lo tanto, un riesgo moral no va de la mano de las intenciones de los participantes de un acuerdo, sino que de los vacíos de información que puede existir entre ambas partes. Debido a que, si las compañías de seguro pudiesen ser testigos del comportamiento de sus asegurados, podrían evitar firmar contratos con quienes tienden a tomar actitudes menos cuidadosas o realizar actos riesgosos.
Advertencia: La información que se encuentra en este blog está destinada a un uso informativo general. No corresponde, en ninguna circunstancia, a un consejo personalizado de inversión. Cada individuo cuenta con necesidades diferentes, por lo que debes tener en consideración tu perfil de riesgo y objetivos, antes de tomar una decisión sobre tu situación financiera. Cabe destacar que, en holdolens, se comparten solo datos fiables sobre el comportamiento histórico del mundo de las inversiones. Sin embargo, no se puede garantizar un resultado específico sobre el mercado, ya que el rendimiento podría variar. Ten en consideración que toda inversión está sujeta a riesgos, entre ellos la pérdida del dinero invertido; cada ejemplo que hemos proporcionado es meramente ilustrativo, ya que somos incapaces de poder predecir cómo se comportará el mercado.