El 28 de octubre del 2022, Musk cerró por fin el trato de compra de Twitter con la promesa de cambiarlo drásticamente. Entre sus nuevas medidas se encontró cambiar al director ejecutivo, financiero y al consejero general de Twitter.
Este cambio administrativo lo sostiene en su deseo de garantizar una “libertad de expresión” en la red social, por lo que quiere generar una moderación más flexible y restaurar cuentas eliminadas como la del ex presidente de los EE. UU Donald Trump.
Antes de que Elon Musk comprase la empresa, se implementó una política que permitiría a los empleados trabajar de forma remota. Así como algunos días libres mensuales, para mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Sin embargo, el primer correo electrónico del nuevo propietario de la red social terminó con todos los acuerdos, bajo la primicia: “The road ahead is arduous and will require intense work to succeed”.
En este mensaje se especificaba, a su vez, que desde este momento se trabajaría durante muchas horas y con una alta intensidad, por lo que no resulta una sorpresa que el multimillonario transformase la oficina de San Francisco en una especie de hotel, con camas, armarios, una lavadora y sofás para que sus trabajadores puedan descansar y no abandonar la oficina.
El periodista de la BBC James Clayton fue quien reveló esta información y también delcaró que el mismo propietario de la empresa también pernocta en el edificio.
Tras despidos de los altos mandos anteriores a la compra de la red social, Musk se ha dedicado a formar un nuevo equipo para dirigir la plataforma. Entre los que se encontró Yoel Roth, un antiguo usuario de Twitter, que prometió combatir la desinformación y el discurso de odio en la plataforma. No obstante, durante el mes de noviembre se reveló que el ejecutivo abandonó el barco.
Además, ha añadido a sus líneas a Behman Rezaei, quien reporta directamente todo lo que sucede en Twitter a Musk y se encarga de la supervisión de la ingeniería y el desarrollo de los productos que ofrece y ofrecerá Twitter. Mientras que el área de Marketing se encontró a cargo, inicialmente, de Robin Wheeler, quien se enfocaría en el discurso de odio, la seguridad de la plataforma y la moderación del contenido. Pero no duró demasiado en su puesto, ya que ahora utiliza este cargo Chris Riedy.
Recientemente, Musk se ha ido en picada contra el ex jefe del área de Confianza y Seguridad de Twitter, Yoel Roth. Ante lo que ha dicho que Roth está a favor de que los niños puedan acceder a servicios de internet de adultos, tales como Grindr. Por lo que ha insinuado abiertamente que el ingeniero podría ser un defensor de la sexualización infantil.
No solo han sido víctima los altos mandos de la compañía, sino que también se despidió a un gran número de empleados, aproximadamente a 3700 empleados hasta la fecha, lo que corresponde a la mitad de los trabajadores.
Estos despidos masivos provocaron que antiguos trabajadores interpusieran una demanda contra el nuevo propietario de la plataforma, dado que se ha realizado una violación de sus derechos laborales. Entre las que se encuentra el incumplimiento de promesas, como permitir el trabajo remoto, y discriminación de género y discapacidad. Asimismo, tampoco dieron el pre aviso correspondiente a los empleados ni mantuvieron los beneficios de indemnización iniciales.
Este lunes 12 de diciembre, volvió a lanzarse el sistema de suscripción Twitter Blue, con el propósito de ofrecer un servicio rentable en la red social. Esta suscripción cuesta 8 dólares mensuales para quienes estén suscritos desde la web y 11 dólares para los que adquieran el servicio a través de la tienda de Apple.
Entre sus ventajas destacan: verificación, que ayudará a que tus respuestas y tweets sean más visibles, con el propósito de combatir la usurpación de identidad y el spam; reducción de anuncios a la mitad; publicar videos más largos en la plataforma; editar tweets; activar el modo lectura para leer los hilos de forma más intuitiva y acceder de forma anticipada a otros nuevos cambios de la aplicación.
Esta no es la primera vez que se utiliza este sistema, ya ha tenido dos lanzamientos anteriores que evidenciaron los peligros de habilitar la verificación azul para todo el que pague. El reportero Joon Lee expuso una cuenta “verificada” de LeBron James, que se encontraba difundiendo información y noticias falsas del jugador. Asimismo, Gillian de Nooijer, usuaria de la plataforma, enseñó una cuenta oficial falsa de Twitter, que podría llevar a nuevas estafas.
Frente a esto, se ha decidido crear un nuevo sistema para distinguir las cuentas verificadas, mientras que las celebridades y usuarios tendrán un signo de verificado azul, las cuentas gubernamentales tendrán uno gris, y las empresas o marcas uno dorado.
Network Contagion Research Institute publicó un estudio que evidenció que el aumento de discurso de odio aumentó en Twitter desde la adquisición de Musk. Días después de la compra de la plataforma el uso de la palabra N aumentó en más de un 500%.
Según un estudio del New York Times, el 24 de noviembre, Elon Musk declaró una caída del discurso de odio de tweets racistas desde que se encuentra a cargo de la red social, no obstante, no detalló que los insultos a la comunidad gay subieron en más de mil casos diarios, los comentarios transfóbicos prácticamente se duplicaron y las publicaciones antisemitas crecieron en un 61%.
Esta conducta se ha mantenido hasta la fecha, Adam Schiff y Mark Takano, demócratadas de la Cámara de Representantes, quieren saber qué es lo que está haciendo el multimillonario para detener el discurso de odio en la plataforma, el que solo ha aumentado desde que asumió su cargo, especialmente, el relacionado con calumnias e insultos antisemitas, homofóbicos y raciales.
La propuesta de libertad de expresión completa ha sido una condenada para Elon Musk, a quien se le ha escapado esta medida de las manos, por lo mismo decidió eliminar la cuenta de Kanye West tras publicar su apoyo a Hitler y comentarios antisemitas.
La Comisión Federal del Comercio (FTC), enfocada en proteger la comisión de prácticas engañosas y fraudulentas, tiene su mira sobre Elon Musk, tras la reciente compra de la red social Twitter.
Tras la implementación de pago por obtener un blue check, la empresa podría promover la suplantación de entidades oficiales. Además, en medio del drama, la directora de seguridad de información de la plataforma, Lea Kissner, renunció a su puesto de trabajo, así como lo hicieron otros empleados del área.
Cabe destacar que el problema de seguridad viene de antes, el ex jefe de seguridad de la empresa, Peiter Zatko, reveló en septiembre que la red social no tiene una verdadera seguridad cibernética y que, probablemente, agentes de inteligencia de China e India tienen en estos momentos datos sensibles sobre los usuarios de la plataforma.
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